lunes, octubre 2

Fumanchu

Sólo quier decir, en mi defensa, que estoy completamente en contra de esa suerte de poética del bar que escribí más abajo: ¿diletantes, borrachos, conspiradores? No son más que el efecto de un síndrome imaginario de abstiencia. La indignación, o la verborragia ante el abismo. Si todavía sobrevive la entrada de abajo, es porque esto es el diario de la decadencia de un fumador. No queremos ahorrar nada.

Ayer a la noche fue el primer choque con la realidad, exitoso igualmente. Festejo de cumpleaños de ML, fuimos a comer sushi a palermo. El gordo de la entrada dijo que no cuando le pregunté si todavía existía el sector fumadores. Yo, manso ante el acontecimiento. Me senté en una mesa, todavía no había llegado ML, y me puse a leer un texto impreso que tenía que leer. El lugar era sumamente palermero y de solo mirar a la gente no se podía saber quienes fumarían. Solo se delataban los que salían a la calle. Cuando llegó ML todo se volvió más dificil. No podíamos hablar de otra cosa. Él salió a fumar y volvió con información de cómo funcionaba la ley antitabaco en alemania, suecia y españa -fumadores del mundio, uníos. Europa, claro, más liberaral que acá. Mi turno llegaba después que el sushi y quedó postergado. Resumiendo, después de que toda la gente que comía en el patio abierto del fondo huyera por un lluvía divina y breve, conseguimos mesa afuera -la moza aclaró que no siempre íbamos a poder cambiarnos de mesa todo el tiempo (??). Y fumamos, claro. La ley antitabaco hace más fácil preguntarle en un bar que fumar un cigarrillo, claro que una cosa sin la otra no sirve para mucho. ¿Será un efecto buscado? ¿Cómo será KM el próximo sábado? ¿Todos en la calle? ¿Diría ME que lo telúrico es antitabáquico?