martes, octubre 3

Cajas llenas de sopa

La historia de la sopa en lucky lucke

Hace poco mudanza, parte de mudanza en realidad. La parte de guardar cosas, apilar cajas, la primer parte, la más fea en un punto, la que deja los lugares vacíos, inhabitables. Futuro de mudanza, pero entre el futuro y ahora, la mudanza propiamente dicha, futuro posible, seguro, pero no inminente. No hay nada más planificado en el mundo que una mudanza, aunque sea con apuro. Una aburrida ontología fisicalista del hogar. Cosas, cosas y más cosas sin sentido, vueltas inútiles. Puro inventario de cosas aisladas. No hay relaciones, todo es mudo. La mudanza aniquila el mundo. Y sin embargo todo está ahí, en las cajas de cartón, desordenado o prolijamente embalado, no importa. Porque todo es pesado y frágil al mismo tiempo – lo pesado y frágil es lo opuesto a lo delicado: un gordo de barro cocido más que una princesa de cristal.

Todo es viejo, por ejemplo. Las cosas apiladas, salvo, quizá, lo libros, son viejas,. Las cosas usadas no están para ser guardadas. Se arruinan. El tiempo se vuelve recta numérica y el pasado ya no está ahí. Sólo las cosas. Por ejemplo, una cuchara de madera puede ser algo lindo en la cocina, pero no en la caja de cosas de la cocina. Un problema de clasificación es todo lo que les queda a las cosas. Y una utilidad futura. Y esa conciencia pesada de que no quiero perder esas cosas, pero sin saber bien por qué. Ganas de tirar todo y empezar de nuevo. Pero entre todas esas cosas apareció un viejo Lucky Lucke y me acordé de por qué la sopa.

Nunca puedes tomar dos veces de la misma sopa

Como mudarme a la casa de mi chica es una gran fantasía, y como en la casa de mi chica vamos a quedar un poco apretados, ennosmismados, y como las cosas se hacen pesadas, decidí, o más bien fue estuvo decidido, que muchas de las cosas, de las viejas cosas y de las nuevas, iban a quedar en cajas en el garage de la casa de mi vieja. Muchas cosas. Y de todo tipo. En general nada grave, salvo, claro, los libros. Pero tampoco todos los libros van a venir. Entre ellos los Lucky Luke, los asterix, las sexhumor, los tintin. Y como despedida, antes de cerrar la caja que no sé cuándo se va a volver a abrir, los miré. Los tintin los tenía leidos este verano por una monografía de TT que, después de tanto hablar del tema, me dieron ganas de volver a leer el protofascismo infantil. Excelentes. Pero lucky luke no, creo, desde los quince. Y en particular uno que no me acordaba que existía, donde ll tiene que acompañar el tendido de la primer línea de telégrafo entre equis lugar en el oeste y equis lugar en el este. El jefe de telegrafistas se va volviendo loco a lo largo de la historieta. Y su locura es bastante singular. Manda mensajes, a modo de prueba de las líneas nuevas, sobre la sopa. Todo empieza con un “el nene no quiere tomar la sopa” y deriva en una sopa permanente y cambiente que aparece todo el tiempo en mensajes sin sentido, desde la sopa esta fría hasta sopas en el horizonte. Devenir loco de la sopa, significante partido o lo que sea que la francesidad pueda deconstruir sobre la sopa de ll, la sopa quedó conmigo. Pero no lo sabía.

Todos estos años, a la hora de decir algo que no sé muy bien como clasificar, lo llamo sopa. Mi computadora está llena de archivos que se llaman sopa 1, sopa 2, sopa 3, soopa, soppa, sopaa. Nombre posible para cualquier cosa, un libro sopa, Gombrowicz sopa –Gombrowicz es particularmente sopa, un literartura de la sopa, sobre todo el F-, parcial de Heidegger sopa, situación sopa, chica sopa, noche sopa, droga sopa y eso sí que es una gran fantasía. Ninguna relación con lo que puedan encontrar en el referente sopa, o sólo alguna, quizá, pero no importa. Siempre me gustó la sopa, por otro lado, especialmente las sopas crema, pero en general cualquier sopa, caldo, sopa de espárragos, sopas frías. Pero no tiene nada que ver. La sopa es lo contrario exacto de cualquier mudanza, aunque claro, las mudanzas también son sopa. Y ll se queda en una caja.

(Mi chica, graciosamente, también usa la palabra sopa para cosas que nada tiene que ver con la sopa, aunque en su caso, sopa, es algo muy distinto. Sopa de mosquito dragón, cuando yo siempre me sentí Piernas Locas Crane)

lunes, octubre 2

Fumanchu

Sólo quier decir, en mi defensa, que estoy completamente en contra de esa suerte de poética del bar que escribí más abajo: ¿diletantes, borrachos, conspiradores? No son más que el efecto de un síndrome imaginario de abstiencia. La indignación, o la verborragia ante el abismo. Si todavía sobrevive la entrada de abajo, es porque esto es el diario de la decadencia de un fumador. No queremos ahorrar nada.

Ayer a la noche fue el primer choque con la realidad, exitoso igualmente. Festejo de cumpleaños de ML, fuimos a comer sushi a palermo. El gordo de la entrada dijo que no cuando le pregunté si todavía existía el sector fumadores. Yo, manso ante el acontecimiento. Me senté en una mesa, todavía no había llegado ML, y me puse a leer un texto impreso que tenía que leer. El lugar era sumamente palermero y de solo mirar a la gente no se podía saber quienes fumarían. Solo se delataban los que salían a la calle. Cuando llegó ML todo se volvió más dificil. No podíamos hablar de otra cosa. Él salió a fumar y volvió con información de cómo funcionaba la ley antitabaco en alemania, suecia y españa -fumadores del mundio, uníos. Europa, claro, más liberaral que acá. Mi turno llegaba después que el sushi y quedó postergado. Resumiendo, después de que toda la gente que comía en el patio abierto del fondo huyera por un lluvía divina y breve, conseguimos mesa afuera -la moza aclaró que no siempre íbamos a poder cambiarnos de mesa todo el tiempo (??). Y fumamos, claro. La ley antitabaco hace más fácil preguntarle en un bar que fumar un cigarrillo, claro que una cosa sin la otra no sirve para mucho. ¿Será un efecto buscado? ¿Cómo será KM el próximo sábado? ¿Todos en la calle? ¿Diría ME que lo telúrico es antitabáquico?

domingo, octubre 1

pequeños fascismos del capitalismo tardío


De alguna forma, por muchos años, estuvimos juntos. Un trío. No siempre el costicismo era de a tres. Como todo costicismo, muchas veces yo veía sólo a una. De hecho hubo un largo tiempo, casi todo el 2004, sin F. Los últimos meses, en cambio, ví poco a B, y siempre de a tres Pero, algo, algo como una tradición, digamos, un cierto acontecimiento fundador, siempre nos mantuvo juntos.
Hasta hoy. Hoy algo cambió. El trío devino triángulo. Y los triángulos, se sabe, siempre son complicados. Aunque se sepa, aunque todos sepamos, los celos aparecen. El triángulo deviene, a la larga o muy rápidamente, línea, o nada. En este caso línea y no sé todavía qué hacer. Ellas dos, ahora, radicalmente separadas. Yo, exiliado, tengo que tomar una decisión. ¿Fumo adictivamente o sigo yendo a bares?


Al margen de esta cuestión, quiero decir que el higienismo social de la nueva ley del gobierno de la ciudad parece no entender nada de bares. No cuestiono a la gente a la que le molesta el cigarrillo, ni siquiera su derecho no ser molestada más. No cuestiono que no se pueda fumar en restaurantes, cines, gimnasios, etc. Pero ¿desde cuando los bares son lugares saludables? Son lugares dedicados a las conversaciones inútiles de gente esencialmente improductiva y diletante. Son lugares para perder el tiempo en convesaciones que no conducen a nadas. Comunidad de los que derrochan el tiempo. Enamorados de sus propias palabras: amantes, borrachos, fracasados, filósofos de café, conspiradores frustrados, etc. etc. Un bar es algo insalubre, sucio, lleno de falsos amigos, amigos de café, miradores voyeuristas de la gente que pasa. Un lugar para estar solo en forma inauténtica. Ahora, parece, más que bares, lo único que va a quedar en buenos aires, son esos lugares limpios y bien vestidos, todos iguales, gallego reformado con pantalla plana o confitería palermera. Un avance más del orden social. Los más pequeños adictos de esta sociedad, los fumadores, marginados. Y el resto de los adictos??

errancias

Pareja fulminante: Raffaela y cartas de amor de Derrida. Sábado, son las 2am y un mensaje en el celular, incomprensible en todo, salvo en la incomprensible voz de dormido que dice todo respecto a cómo cerraré la noche: destinoerrancias derrideanas y amores vulgares en CD. Originalmente el plan era otro. Pero, se sabe, los planes no siempre llegan a destino.