jueves, abril 16

memoria

Acabo de notar que hace dos años y medio que no escribo acá. Seguramente ya tuve este mismo pensamiento, con otros plazos, en el pasado, pero no lo recuerdo.Hubiera jurado que hacía menos de un año. El sábado fuimos con E a tomar algo a un bar en Caballito. Antes de llegar, E me dijo que el lugar que yo decía era un café Martinez. Lo negué. Estaba
equivocado. Cuando llegamos le dije que evidentemente habían cerrado el otro lugar -mucho más lindo, al menos más palermista- hacía muy poco porque, hacía una semanas, en Marzo, había tomado una cerveza con Milton en el bar anterior. Ella dijo que hacía más de un año que era un café Martinez y yo pensé que habría tomado una cerveza en el café Martinez sin darme cuenta del cambio. Esa noche me acordé que el mismo día de la cerveza había visto el tatuado el poema de C. Tinajero en un antebrazo famoso. La cerveza había sido en marzo del 2008, meses antes de la instalación del café Martinez.
Podría decir muchas situaciones de este tipo. Hace unos meses me di cuenta que el año 2008 se borró de mi mente. No es que lo haya olvidado, sino que rompió con todas las continuidades del tiempo. El año pasado murió mi viejo y todo quedó tomamado por eso y por su enfermedad y por los quilombos que vinieron después y de los que me sigo ocupando. Pero para otras cosas, en cierto sentido para las cosas más felices, el año 2008 quedó suspendido en un tiempo propio y aislado. Diciembre del 2007 es, en un punto, más cercano que diciembre del 2008. Incluso hay amigos a los que casi no vi en el último años de los que tengo la sensación de haber cenado ayer. Hace unas semanas le pregunté a Mariano como le había ido en un examen que tenia que rindió en abril del 2008.
Es raro, porque me pregunto en que tiempo dejará mi memoria las cosas que pasan ahora.
Acabo de recordar que hace casi un año pensé que quería postear algo sobre mi viejo. Obviamente no era nada ni parecido a esto. Pero este post, sin embargo, no dejar de ser sobre él.